Llegó el verano.
Sé que debí haber
posteado esto la semana pasada, después de mi visita a Madrid con ocasión de la FLM17 y la reunión/evento que tuvo lugar
allí.
Pero fueron días de
mucha emoción y estrés postraumático, que lo llaman.
Y sí, sé que
piensas que decir esto es exagerar mucho, pero ten en cuenta que llevaba tres
años sin publicar nada nuevo y esta novela era MUY IMPORTANTE para mí por muchos motivos.
Voilà, ya está en la calle desde el día 6
(Amazon a veces me sorprende... y aún no sé si es una suerte o una desgracia).
Todavía es pronto
para calificar esta nueva aventura de éxito... o fracaso.
Por el momento no
puedo quejarme.
Casi pensé que no
llegaba a tiempo.
A menudo pensaba
que ni siquiera llegaría a publicarse.
Hay que reconocer
que el Muso me ha "troleado" (sin querer) mucho durante estos quince
meses y por momentos sentía grandes tentaciones de enviarlo todo junto a la
"papelera de reciclaje".
Pero ya me conoces:
a perseverante no me gana nadie, y además soy de ese tipo de gente que trabaja
mejor bajo presión y suele crecerse cuando vienen mal dadas.
Si no, ¿crees que
después de tantos años seguiría al pie del cañón?
Pues ya ves que
aquí sigo y tengo previsto dar mucha guerra durante los próximos años.
Dicho esto, lo
dejamos aquí, que me despisto, y yo he venido aquí a hablar de mi libro: LPDTO.
Ya no es mío,
ahora es tuyo.
Tú eres quien debe
decidir si merece o no tu aprobación, si se merece un hueco en tu estantería
(virtual) y en tu corazón.
La historia, ya lo
he dicho en otras ocasiones no es nada del otro mundo, no voy a engañarte, no
es mi estilo. Como le comentaba a mi sobrina el sábado, el argumento es el
propio de cualquier culebrón que merezca ese apelativo... Pero hablamos de mí,
de mi prosa, y ya sabes que no soy nada predecible aun cuando todo parezca
apuntar a ello. Con esto te aviso de que el enfoque NO es el de un culebrón. He
intentado por todos los medios evitar el melodrama barato (ya me dirás tú si lo
he conseguido o me he quedado en buenas intenciones sin más), he procurado, de
tanto en tanto, trufar la historia con anécdotas curiosas y humor. Buen humor.
Incluso cuando aparece Zara en escena.
Que no sabes quién
es Zara... Tranquilo, no tardarás en descubrirlo.
No es que no quiera
a Nuria o Adrian... Pero reconozcámoslo: Zara es ese personaje que acaba
"merendándose" al resto sin apenas proponérselo.
Me ocurre a menudo,
no creas.
Tengo muy claro
cómo son y qué les sucede a mis protagonistas a lo largo de la historia, y
luego aparecen esos secundarios y lo desbaratan (casi) todo.
Pero ¿y lo mucho
que me divierto y disfruto cuando pasa eso?
Eso no me lo quita
nadie.
Es ese
"elemento" imprevisible y perturbador que le echa sal y pimienta al
guiso.
Al final, no sé muy
bien cómo ni por qué, acabo sintiéndome muy orgullosa del resultado.
Y no, no soy
auto-complaciente. Soy cualquier cosa menos eso.
Soy tan exigente
que me doy asco a veces.
Aunque quizá, si
has leído la novela, pienses que he rebajado mucho el nivel con respecto a la
bilogía anterior.
Y no te diré que
no, pero te recuerdo que en esta España nuestra la excelencia no está de moda,
la calidad narrativa... Pues tampoco. Cada vez se busca y se pretende sacar al
mercado literatura de perfil bajo, consumo rápido y masivo, y sencillez. Mucha
sencillez porque parece que lo de pensar y reflexionar y cuestionarte cosas
mientras lees ya no funciona en una sociedad que, hay que admitirlo, cada vez
va más rápido y tiene menos tiempo.
Literatura
"McDonald's" la llamo yo. Para pasar el rato y nada más.
Pero no quiero
extenderme en esto ahora, ya lo comenté en la última entrevista que me hicieron
la semana pasada.
Hoy quiero hablarte
de otras cosas.
Cuando posteé en
febrero en mi blog EEI* y te comenté cuáles eran mis planes (literarios) para
este año, que ya roza ahora mismo el ecuador, poco podía decirte de la novela,
de la portada, del prólogo o el epílogo (que finalmente decidí suprimir).
Sabes que a veces
me pongo un poquito kamikaze.
Sabes que a veces
me tiro al vacío sin saber si saldré ilesa o me romperé la crisma en el intento.
Sabes que siempre
intento dotar a mis historias de elementos singulares y personales que las
distingan del resto.
Pues esta novela,
que tiene su razón de existir en el muso, tenía que tener al Muso en portada.
"¡Olé tus güevos, Julia!"
"Cada vez nos
arriesgamos más, ¡eh!"
Pues sí porque
quien no arriesga no gana nada.
Y a mí no me gusta
perder. Manías que tiene una, ya ves tú.
Así que como tenía
chopocientas fotos del muso, a cual mejor, pues un buen día le mandé una a mi
diseñadora y le dije: "A ver qué puedes hacer con esto".
Y ya conocéis el
resultado.
Lo que quizá no
sepáis los que no sois seguidores míos en las redes es la reacción del muso a
mi "genial" idea.
No sabía si ponerlo
aquí o no... pero con este hombre nunca puedo resistirme (o no por mucho
tiempo), así que aquí os lo dejo.
Habrá quien diga
que soy demasiado atrevida. Yo prefiero pensar que son demasiado pusilánimes
los demás.
Y aprovecho para
recordar aquí que todos somos Iguales, dedicarnos a una profesión liberal o
artística (y hablo desde la experiencia como "creadora de universos")
no nos convierte ni en Dioses ni en Súper Héroes; no nos eleva a ninguna
dimensión superior. La palabra "ídolo" debería considerarse un
insulto porque todos somos Humanos, respiramos el mismo aire y tenemos las
mismas necesidades y anhelos en la vida. Con esto sólo te digo que no hay que
divinizar a nadie ni pensar que está en un plano de la realidad distinto al
nuestro. A veces la gente te sorprende cuando menos te lo esperas y te descubre
que eres TÚ quien está lleno de prejuicios, se auto-excluye, se menosprecia
creyendo que "nunca será capaz de... ni podrá llegar a...".
Todos podemos
llegar a donde nos propongamos.
Querer es poder.
Y nunca antes como
este año he sido consciente de esta realidad.
Siempre, SIEMPRE,
hay que apostar por los sueños.
Trabajando,
luchando, sufriendo, viviendo...
Y si sale mal, pues
se aprende y se tira pa'lante. Hacia atrás ni para coger impulso.
Hablando de otras
cosas, la novela tiene un Prólogo que decidí por allá el mes de mayo, escrito
en Xclusiva para mí y para la novela por una bloguera y lectora cero que confió
en mí y en la historia (casi) desde la primera línea: Nuria Pazos.
También tenía
previsto un epílogo, pero finalmente decidí cerrarlo todo en el último capítulo
(25º).
No descarto una
continuación: una historia de Zara propia y personal... Aunque tampoco lo tenga
entre mis prioridades inmediatas.
Tú, como lector,
decidirás si la historia merece o no una continuación.
Decidirás también
si es lo bastante buena para que su recuerdo permanezca siempre contigo.
Yo sólo puedo
ofrecerte mi corazón envuelto en palabras, líneas y páginas, escenas y
capítulos; ofrecerte a unos personajes que, buenos o malos, te hagan recordar
el inmenso poder de la literatura y el inconmensurable valor de "contar
cuentos".
Y hasta aquí por
hoy...
En agosto volveré
para contarte cómo han ido las ventas, hablarte de la edición de papel y la
presentación de la novela en Barcelona.
FELIZ VERANO!!
*El espíritu inquebrantable - Blog de autora.